sábado, 16 de febrero de 2019

De cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa



Vivimos tiempos convulsos. La política se ha metido en nuestras vidas hasta la náusea, y la saturación ha provocado que los argumentos den paso a las pasiones. Cuando acudimos a una cita electoral, no estamos eligiendo al mejor compañero de cañas, no elegimos al más guapo o a la más guapa, ni siquiera debemos ir contra de… lo cual es un síntoma evidente de inmadurez. Elegimos a aquellas personas que entendemos que van a hacer el mejor uso de nuestro dinero. Que van a conseguir que nuestro país, nuestra comunidad o nuestro pueblo esté mejor, que sea un lugar donde nos desarrollemos como individuos, donde convivamos y donde nuestros hijos puedan labrarse el mejor futuro.