miércoles, 19 de octubre de 2016

NOS HEMOS LIBRADO DEL PRIMER PAGO, EN BREVE EL SEGUNDO



Ninguno de los asistentes a aquel pleno de septiembre de 2015 en Arroyo de la Encomienda entendía la propuesta de subir un 30% el tipo del IBI -del 0,40 al 0,52-. Sin embargo, ocurrió: IPAE lo propuso y el PP le acompañó con sus dos votos. De nada sirvió que en C´s votáramos en contra, al igual que PSOE y Sisepa. ¿Pero no decían que Arroyo tiene dinero?, ¿Pero no decían que iban a bajar los impuestos? Tienen que pagar muchos favores, sentenció un vecino desde la grada. Premonitorias palabras: En Julio de 2016 IPAE y PP oficializaron un acuerdo de legislatura, el pactiño, como nos gusta llamarlo.

Cuando me preguntaron qué opinión tenía del pactiño, avisé: “No es por el bien del pueblo, es por el bien de personas con nombre y apellidos. El dinero de los arroyanos pagará favores y deudas personales” Pues bien señores. En Octubre llegó la hora de empezar a pagar. La diputación, gobernada por el PP decidió que antes muerta que hacerse una foto con el ayuntamiento de Valladolid, gobernado por el PSOE, y trató de escenificar con el asunto de los bomberos el desencuentro. Para su fortuna, apareció un primo que pagaba la ronda: los vecinos de Arroyo. El PP trataba de empezar a cobrarse su apoyo en el ayuntamiento del municipio arroyano.

Para los pueblos del alfoz, el negocio era un desastre. Aunque Arroyo pagara la construcción, todo el alfoz hubiera pasado de disponer de un servicio de cinco camiones de bomberos a uno, y de un coste de mantenimiento anual de 700.000 € -última oferta de la capital- a 1.5 millones. Eso sí, el camión sería suyo, de la diputación. El presidente podría poner una foto del camión en su despacho, al lado de la del Rey. Y en breve habría un edificio, anexo a la perla negra -paradigmática ubicación- con una placa que dijera: “este parque de bomberos fue inaugurado por Jesús y por José Manuel” con un grafiti debajo: “…y pagado por María, Marta, Daniel, …y el resto de arroyanos, que rezan cada día para que nunca haya dos incendios a la vez en el alfoz”. 

En cuanto a los arroyanos, tendríamos un camión. No podríamos apagar fuegos como el de este verano en los antiguos terrenos de Smurfit, para lo que hicieron falta tres camiones. En el caso de fuegos en bloques de pisos, para los que hacen falta un camión escala y un camión motobomba habría que esperar a que llegara el de Tordesillas, ah, ¿que en Tordesillas no tienen escala?, pues entonces el de Medina del campo. Con Valladolid teníamos cinco, pero este lo hubiéramos aparcado en la puerta, y, al fin y al cabo: ¿Qué son dos o tres millones, si el dinero de todos no es de nadie y el pueblo no tiene otras necesidades? Igual da que en poco tiempo pasemos de los 20.000 vecinos y podamos hacer nuestro propio parque de bomberos, o, lo que parecería mucho más sensato, que pudiéramos firmar un acuerdo individual con Valladolid, que ha sido nuestra apuesta desde el primer día, como va a hacer Laguna, con 22.500 vecinos. Pero claro, eso es algo que la institución provincial no podía permitir. Que el principal contribuyente del chiringuito se desmarque tenía un riesgo brutal, y las formas le importan poco. Ya no solamente es que la Diputación gaste un 60% de su presupuesto en mantenerse y a los pueblos les lleguen las migajas, han tratado de dar dado un paso más: ¡Que a los pueblos les toque poner! 

Afortunadamente, ante la opinión general de la barrabasada que iban a cometer, la Diputación ha reculado. Si alguien quiere ver un ganador en el pulso, que juzgue si la cifra final del acuerdo (600.000 €) está mas cerca de los 150.000 que ofrecía la diputación o de los 700.000 que pedía el ayuntamiento de Valladolid. Para los arroyanos, cada uno nos hemos ahorrado 150 € que el ayuntamiento podrá tirar en otras cosas, como el aparcamiento en el que quiere gastarse un millón de euros en el descampado de la flecha, junto al antiguo Alimerka. Curioso panorama, hablamos del antiguo Alimerka, el antiguo Smurfit, la antigua Cartisa… En cualquier caso, la cosa no acaba aquí. En breve os contaremos otro intento (que esta vez sí que va a cuajar) de sacarnos los cuartos a los arroyanos y meterlos en el bolsillo de alguno.

Todo este episodio me ha recordado a esos grupos de amigos que salen de fiesta y ponen un bote. En medio de la noche, aparece un amigo gorrón del que lleva el bote, y éste le invita… con el dinero de los demás. Pues bien, Sr. Alcalde de Arroyo: si quiere invitar a ronda a su amigo gorrón, hágalo con su dinero, y además no nos ponga garrafón.

Rafael Velasco
Concejal de Ciudadanos en Arroyo de la Encomienda
Coordinador provincial de Ciudadanos en Valladolid

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