Visto que es un tema que suscita expectación, tal y como hemos detectado a raíz de su publicitación en prensa, hemos decidido hacer esta entrada para tocar algunos puntos que nos parecen importantes al respecto de este edificio.
Lo que se ha
aprobado en el pleno municipal de enero no es si se hace o no se hace el
edificio, que se va a hacer, ni siquiera si el diseño nos gusta o no nos gusta.
Lo que se ha aprobado es que el dinero
que la diputación va a destinar a Arroyo en el bienio 2016-2017, 1.400.000 € en
números redondos, se destine a esa construcción. El proyecto en conjunto
está tasado en casi 6 millones de €.
Lo que desde C´s
hemos argumentado es, en primer lugar que el hecho de que se haya elegido una parcela que está en unos terrenos
pendientes de urbanizar y sometidos a un expediente en el ayuntamiento y en
la Junta de Castilla y León, nos genera desconfianza, aunque el secretario del
ayuntamiento dice que no hay ningún problema. Y en segundo lugar, que, dado que
para recibir la subvención la
construcción tiene que cumplir unos plazos, nos da miedo no llegar viendo
la gestión de obra que está haciendo el equipo de gobierno con la piscina de la
Flecha.
Si de lo que
queremos hablar es si nos parece bien o mal tanto el edificio como la
situación, diremos que nunca nos
opondremos a que un ayuntamiento construya una dotación para el pueblo.
Ahora bien, puntualizamos:
Se ha optado por
un edificio “icónico”. Siete cubos
repartidos por la orilla del río. Particularmente me parece un conjunto bonito
y que se puede integrar muy bien en el entorno, pero entiendo que con lo que ha
pasado en este país deberíamos haber aprendido. No somos partidarios de mas
edificios bonitos que cuesten un pastón y cuya función primordial sea que los
políticos se saquen la foto. Queremos
edificios baratos de construir, funcionales y baratos de mantener. Este
conjunto no cumple ninguna de las tres premisas.
Soy usuario de la escuela de música. Como alumno y como padre. He comprobado con tristeza como en el diseño de este conjunto se ha olvidado el principal problema que tenemos los padres y alumnos que acudimos al etnográfico: los tiempos muertos entre clases. Nos parece fundamental que exista un espacio tipo biblioteca, donde los alumnos puedan estar en los tiempos muertos entre clases, que nos ahorre viajes a los padres y que permita aprovechar el tiempo a los alumnos. Ese espacio quedó fuera originalmente del proyecto, aunque a nuestro requerimiento nos han prometido que lo integrarán. Nos parece un síntoma inequívoco de cómo se ha planteado este proyecto.
No habíamos
caído, pero al escuchar a los vecinos nos damos cuenta de que Vega de la
Encomienda, aunque administrativamente esté integrada en el barrio de la Vega,
realmente es una isla en medio de dos barrios. Y carece de infraestructura
alguna. Si se hiciera un edificio mas funcional, con espacios ajenos a la
escuela de música que pudiesen usarse por parte de los vecinos, e incluso que
se le pudiera dar un uso por la mañana, dado que los costes de mantenimiento
serían los mismos, estaríamos gastando
el dinero, a nuestro entender de manera mas responsable y eficiente.
Pero la
confrontación mas importante que encontramos con este proyecto no tiene que ver
con la ubicación, ni el diseño, ni el coste ni el plazo. Tiene que ver con la
mayúscula incongruencia que nos parece que mientras el municipio se gasta 6
millones de euros en hacer un edificio para la escuela de música, la gestión de la propia escuela de música sale
a concurso cada dos años. Si señores, si. Hay una asociación musical, Allegro,
que cada año hace una propuesta formativa en competencia con otras empresas y
que hasta ahora está ganando el concurso, para satisfacción de los alumnos, que
valoramos la profesionalidad y el cariño de los profesores. Estos profesores,
con contrato de octubre a junio, abren y cierran el etnográfico (no hay
ordenanzas), llevan sus propios calefactores (del edificio actual hablaremos en
otra entrada), llevan los instrumentos voluminosos e incluso a los niños en sus
coches particulares cuando van a conciertos, diseñan el currículo lectivo de
cada año y de cada curso... y se van en junio cada año a su casa sin saber si
en octubre volverán a dar clase en Arroyo. Así que yo conozca, llevan ocho
años.
Que el alcalde
se quiera sacar la foto en el nuevo edificio, viendo el día a día de la escuela nos
retrotrae a épocas muy lejanas, que creíamos olvidadas, pero el asunto resulta
especialmente sangrante si se confronta con la gestión del campo de golf. Un club de golf municipal con 69 vecinos
socios nos cuesta a los arroyanos 170.000 € al año en sueldos de personal
que trabaja para el ayuntamiento a través de EMUVA, entre ellos el de un
gerente, y una escuela de música con 400
alumnos del municipio se saca a concurso cada dos años y no hay dedicado ni un
triste ordenanza que abra la puerta, cuanto menos un gerente que pudiera
planificar a medio, largo plazo el camino de la escuela.
En fin, rezo
cada día para que Pablo, Sergio, Ángel, Luis Ángel, Álvaro y el resto de
profesores de la escuela de música sigan ganando el concurso y nos sigan dando
clase, no quiero ni pensar lo que pasaría si algún día algún amiguete de los de
siempre, con el carnet de IPAE por delante, como sabe tocar la armónica se hace
un curso de director de escuela de música por internet, decide que está preparado
para gestionar la escuela y toca los palos adecuados.
Rafael Velasco