Para muchas personas del resto de España, el hecho de que la
suma de escaños que sale de una ley electoral caduca e injusta mantenga una
mayoría de diputados independentistas ha supuesto una desilusión. No comparto
esta visión, probablemente porque soy consciente desde hace años de la dimensión
del problema. Desde mi punto de vista, y asumiendo, como ya sabíamos, que hay
dos millones de catalanes que ponen la independencia por delante de todas las
cosas y que no se van a volatilizar de la noche a la mañana, el resultado tiene
tres consecuencias importantes:
- Los periódicos del mundo publicarán el siguiente titular: “Ciudadanos ha ganado las elecciones catalanas” Los ciudadanos europeos descubrirán que hay catalanes que no quieren la independencia en Cataluña, y que, además, son representados por un partido que ha ganado las elecciones. El contrapeso a la propaganda independentista que tan torpemente ha combatido el gobierno de España es evidente.
- Quien quiera bucear un poco más podrá descubrir que el sentimiento independentista, aun siendo enorme, es minoritario. Los votos puestos en la balanza así lo indican, y además está lejos de constituir una fuerza suficiente como para justificar la separación si hacemos caso de la cuenta que en su día hizo Artur Mas acerca de que sería necesario un 60% para dar el paso.
- Siendo consciente de que una apuesta con el respaldo social y los años de travesía que tiene el independentismo no es posible revertirla de la noche a la mañana, los resultados de este pasado jueves suponen un cambio de ritmo, una modificación del escenario, que, al menos yo quiero ver como una puerta a la esperanza de un mañana distinto y mejor. Un mañana que necesitará tiempo, pero también decisiones. Decisiones muy distintas a las que durante años han tomado PP y PSOE y que nos han traído a donde hoy estamos.
Para llegar a este resultado Ciudadanos ha hecho un esfuerzo
importante. Desde el esfuerzo económico que ha podido hacer porque tiene sus
cuentas saneadas hasta el esfuerzo de afiliados y simpatizantes que han puesto
todo buscando un resultado. Incluso los votantes catalanes han podido ver a los
diputados de Ciudadanos de apoderados en los colegios electorales, en una escena muy alejada de la idea que
mucha gente tiene acerca de lo que es un diputado del Congreso.
Sabemos que un gobierno presidido por Inés Arrimadas es casi
imposible, para desgracia de los catalanes, aun así me he alegrado, porque el
triunfo de Ciudadanos supone un espaldarazo a un partido que desde su fundación
apostó por un discurso único para toda España, alejado del postureo y las
medias tintas cuando no mentiras, de otros. Un partido que empieza a ser
visualizado como una alternativa y una esperanza para este país. Un partido cuya
principal seña de identidad es que está hecho de gente que, procedente de la
sociedad civil, tiene un bagaje profesional previo que aportar a su etapa
política. Gente que se gana la vida con su profesión y tiene un trabajo al que
volver cuando su etapa política termina.
El mejor ejemplo de este perfil es Paco Igea, nuestro
diputado por Valladolid. No me puedo resistir a compartir su crónica de la
jornada electoral. Es una delicia, no se la pierdan. La pueden leer aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios