sábado, 17 de enero de 2015

Piscina de la Almendrera. Lo que no se sabe II



Ahora viene la segunda parte. Hay que reparar la piscina. En este punto, un gestor eficiente, que mire por el dinero de sus administrados, hubiera dicho ¿Cuánto cuesta el arreglo? Medio millón, un millón, un millón doscientos… bien vamos a explicarlo y hágase cuanto antes para restaurar el servicio lo antes posible.

Pero… ay amigos, estamos hablando de políticos… y arreglar los desperfectos supone admitir públicamente la cadena de errores que se han relatado. Ponerse colorado delante de los ciudadanos (esto es un eufemismo, hoy en día ni los políticos se ponen colorados por nada, ni los administrados exigimos, así nos ha ido, en fin…) y salir reconociendo que han hecho muchas cosas mal, y lo que es peor, hablando de administrar el bien común, que han dejado que el chiringuito se les viniera abajo sin mover un dedo.

Así bien, estamos hablando de políticos, y ¿Qué hace un político, uno de estos que tenemos, que no serían capaces de gestionar una comunidad de vecinos pero conocen perfectamente los mecanismos para seguir mamando de la teta?....
Elemental. En una reunión de equipo de gobierno, el mas listo dice: ni vamos a reconocer todo lo que hemos hecho mal, ni vamos a arreglar nada. La solución es muy sencilla: Vamos a anunciar UNA AMPLIACIÓN. Dentro de la ampliación metemos las reparaciones, y listo. Ahí entra todo, por muy caros que sean los defectos, la ampliación es obra nueva, y no solamente no vamos a tener que dar ninguna explicación, sino que además vamos a quedar de bandera. Nos preocupamos por el pueblo, por mejorar las instalaciones y los servicios a los vecinos. Que bueno estoy y que culito tengo. 

Encargan la redacción del proyecto ¿y el concurso? ( a lo mejor lo ha habido, pero no lo hemos encontrado, o no hace falta, que puede ser). El proyecto recoge entre otras la reparación del vaso, el cambio completo de las calderas (unas calderas que tienen 10 años), y con una memoria en la que se recoge la coletilla …”se aprovechará lo aprovechable” (con otras palabras pero en esencia, es esto lo que dice). 

Vale, pues se saca a concurso un proyecto y pasa algo muy curioso: en pleno 2014, con el mercado de la construcción completamente atascado, que provoca que a cualquier obra por pequeña que sea se presentan cuarenta y la madre y …Oh sorpresa! Aquí solo vienen dos! ¿Por qué?

Las malas lenguas dicen que, vistos los antecendentes y los adjudicadores, el concurso estaba adjudicado de antemano. Esta versión carece completamente de credibilidad, por el simple hecho de que en España se han sacado concursos apañados a manta, y la concurrencia es masiva. 

No, la verdadera razón, es que la obra, tal y como está redactada, vale mas de 4 millones de euros. Punto. Ese es el motivo de que los Dragados, FCC, Acciona, OHL, Sacyr, Ferrovial y tantos otros se quedaran en su casita y se presentaran PAS, una empresa especializada en obra civil y EULEN, una empresa de servicios con una limitadísima experiencia en construcción (no así en mantenimiento, curioso), y aún más, que una vez adjudicada, la adjudicataria PAS haya aprovechado el retraso en la firma del acta de replanteo para huir del asunto y dejar el pastel a EULEN.

En fin, nuestros brillantes gestores se gastaron una pasta de los ciudadanos en construir una piscina mal construida, la cedieron a una concesionaria que la explotó sin mantener y tuvo que cerrar, hicieron la misma operación con una segunda concesionaria, dejaron a los vecinos sin piscina un verano (y casi seguro dos), y ahora tienen una obra sin empezar a mitad del plazo de ejecución. 

¿Cómo acabará esto?, ¿se ceñirán a arreglar los defectos y pagarán lucro cesante a la constructora? ¿Harán el paripé de que hacen la obra y acometerán sólo las reparaciones? O ¿harán la obra completa y se gastarán 4 millones?. No lo saben ni ellos, es difícil que lo sepamos, nosotros. Lo que si tenemos claro es que los vecinos no van a perder, no, los vecinos hace mucho que han perdido.