Ahora viene la segunda parte. Hay que reparar
la piscina. En este punto, un gestor eficiente, que mire por el dinero de sus
administrados, hubiera dicho ¿Cuánto cuesta el arreglo? Medio millón, un
millón, un millón doscientos… bien vamos a explicarlo y hágase cuanto antes
para restaurar el servicio lo antes posible.
Pero… ay amigos, estamos hablando de
políticos… y arreglar los desperfectos supone admitir públicamente la cadena de
errores que se han relatado. Ponerse colorado delante de los ciudadanos (esto
es un eufemismo, hoy en día ni los políticos se ponen colorados por nada, ni
los administrados exigimos, así nos ha ido, en fin…) y salir reconociendo que
han hecho muchas cosas mal, y lo que es peor, hablando de administrar el bien
común, que han dejado que el chiringuito se les viniera abajo sin mover un
dedo.
Así bien, estamos hablando de políticos, y
¿Qué hace un político, uno de estos que tenemos, que no serían capaces de
gestionar una comunidad de vecinos pero conocen perfectamente los mecanismos para
seguir mamando de la teta?....
Elemental. En una reunión de equipo de
gobierno, el mas listo dice: ni vamos a reconocer todo lo que hemos hecho mal,
ni vamos a arreglar nada. La solución es muy sencilla: Vamos a anunciar UNA
AMPLIACIÓN. Dentro de la ampliación metemos las reparaciones, y listo. Ahí
entra todo, por muy caros que sean los defectos, la ampliación es obra nueva, y
no solamente no vamos a tener que dar ninguna explicación, sino que además
vamos a quedar de bandera. Nos preocupamos por el pueblo, por mejorar las
instalaciones y los servicios a los vecinos. Que bueno estoy y que culito
tengo.
Encargan la redacción del proyecto ¿y el
concurso? ( a lo mejor lo ha habido, pero no lo hemos encontrado, o no hace falta, que puede ser). El proyecto
recoge entre otras la reparación del vaso, el cambio completo de las calderas
(unas calderas que tienen 10 años), y con una memoria en la que se recoge la
coletilla …”se aprovechará lo aprovechable” (con otras palabras pero en
esencia, es esto lo que dice).
Vale, pues se saca a concurso un proyecto y
pasa algo muy curioso: en pleno 2014, con el mercado de la construcción completamente atascado, que provoca que a cualquier obra por pequeña que sea se presentan cuarenta y la madre
y …Oh sorpresa! Aquí solo vienen dos! ¿Por qué?
Las malas lenguas dicen que, vistos los
antecendentes y los adjudicadores, el concurso estaba adjudicado de antemano.
Esta versión carece completamente de credibilidad, por el simple hecho de que
en España se han sacado concursos apañados a manta, y la concurrencia es
masiva.
No, la verdadera razón, es que la obra, tal y
como está redactada, vale mas de 4 millones de euros. Punto. Ese es el motivo
de que los Dragados, FCC, Acciona, OHL, Sacyr, Ferrovial y tantos otros se
quedaran en su casita y se presentaran PAS, una empresa especializada en obra
civil y EULEN, una empresa de servicios con una limitadísima experiencia en
construcción (no así en mantenimiento, curioso), y aún más, que una vez
adjudicada, la adjudicataria PAS haya aprovechado el retraso en la firma del
acta de replanteo para huir del asunto y dejar el pastel a EULEN.
En fin, nuestros brillantes gestores se
gastaron una pasta de los ciudadanos en construir una piscina mal construida,
la cedieron a una concesionaria que la explotó sin mantener y tuvo que cerrar,
hicieron la misma operación con una segunda concesionaria, dejaron a los vecinos
sin piscina un verano (y casi seguro dos), y ahora tienen una obra sin empezar a mitad del plazo de
ejecución.
¿Cómo acabará esto?, ¿se ceñirán a arreglar
los defectos y pagarán lucro cesante a la constructora? ¿Harán el paripé de que
hacen la obra y acometerán sólo las reparaciones? O ¿harán la obra completa y
se gastarán 4 millones?. No lo saben ni ellos, es difícil que lo sepamos,
nosotros. Lo que si tenemos claro es que los vecinos no van a perder, no, los
vecinos hace mucho que han perdido.